La Inteligencia Artificial Generativa (IA gen) ha avanzado significativamente y está ganando una amplia aceptación en el lugar de trabajo, inaugurando un cambio revolucionario en cómo abordamos tareas y operaciones. Conversaciones con CEO y ejecutivos seniors han revelado que la mayoría de ellos ya han iniciado proyectos basados en IA gen. La implementación de estos proyectos avanza rápidamente, con un CIO reportando asombrosamente 26 iniciativas de IA gen actualmente en curso.
Según una encuesta realizada por Oliver Wyman, se descubrió que la mitad de todos los trabajadores ya están utilizando herramientas de IA gen en su trabajo diario, con tasas de adopción más altas observadas en países como India y los Emiratos Árabes Unidos en comparación con los Estados Unidos. La combinación del entusiasmo de los ejecutivos y la utilización de herramientas de IA gen por parte de los trabajadores de primera línea, junto con la integración relativamente sencilla, tiene el potencial de superar la resistencia interna y estimular una acción rápida dentro de las grandes organizaciones.
A pesar de los innegables beneficios y oportunidades presentados por la IA gen, también plantea sus propios desafíos. Los trabajadores mayores pueden tener dificultades para adaptarse a esta nueva tecnología, mientras que los gerentes intermedios pueden experimentar una crisis a mitad de carrera al darse cuenta de que sus roles podrían ser reemplazados por sus jóvenes contrapartes empoderados por la IA. Como resultado, se espera una presión descendente sobre los salarios a medida que los trabajadores juniors equipados con IA comienzan a competir con sus colegas más experimentados y costosos, y la automatización se hace cargo de diversas tareas cognitivas.
Este escenario tiene el potencial de conducir a una «pausa de Engels», reminiscente de los primeros tiempos de la Revolución Industrial, donde los avances tecnológicos superaron a las mejoras en los estándares de vida de los trabajadores. Sin embargo, aún es posible evitar tal pausa. Si las economías se adaptan rápidamente, los trabajadores pueden tener la oportunidad de hacer la transición de roles en declive a otros más prometedores. Además, intervenciones de políticas podrían ayudar a mitigar las consecuencias negativas de este cambio tecnológico, aunque podrían tener un costo para los gobiernos y enfrentar potenciales obstáculos políticos.
En conclusión, la era de la IA gen ha llegado al lugar de trabajo, impulsándonos hacia un nuevo reino de innovación y eficiencia. Aunque plantea una serie de desafíos, el potencial para que las empresas y los trabajadores aprovechen su poder y superen estos obstáculos está a nuestro alcance. Al adoptar esta revolución tecnológica y tomar medidas proactivas, podemos fomentar un entorno de crecimiento y desarrollo continuo que beneficie tanto a los individuos como a la sociedad en su conjunto.