Roman GłogulskiParece que los diamantes son mucho más que hermosas y lujosas gemas que adornan nuestros dedos y cuellos. Investigaciones recientes indican que los diamantes también tienen mucho que decir sobre la historia de nuestro planeta.
Según un estudio publicado en la revista Nature, los diamantes se forman en lo profundo de la superficie terrestre cuando los supercontinentes se fragmentan. Estos «templos» de volcanes son la clave para desvelar los misterios de nuestro planeta.
Los diamantes, como el Star of Africa descubierto en Sudáfrica, son el resultado de una explosión volcánica que ocurrió hace aproximadamente 86 millones de años. Corrientes de magma llevaron rocas y minerales a la superficie, creando deslumbrantes piedras luminosas. Son estos diamantes provenientes de lo profundo de la Tierra los que pueden revelar mucho sobre la historia de nuestro planeta.
Los kimberlitas, que contienen diamantes, se encuentran dispersas por todo el mundo, desde Ucrania hasta Siberia y Australia Occidental. Sin embargo, son relativamente pequeñas y raras. Lo que las distingue es el hecho de que sus magmas se originan en las profundidades de la Tierra. El proceso de formación de los diamantes es increíblemente fascinante. Como enfatizan los científicos, se necesita una presión enorme para que los diamantes se formen, lo que significa que se moldean al menos a 150 kilómetros debajo de la superficie terrestre, en las capas más profundas de la litosfera.
Investigadores de la Universidad de Berna creen que los diamantes, junto con las kimberlitas, nos pueden proporcionar una gran cantidad de información sobre los ciclos de los supercontinentes. Los supercontinentes se forman cuando la corteza oceánica choca con la corteza continental. Este proceso, conocido como subducción, contribuye a la formación de los diamantes. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sin respuesta, como cómo las placas cambian los fundamentos de los supercontinentes y si esto afecta la duración de un supercontinente antes de que se fragmente.
Para encontrar respuestas a estas preguntas, los investigadores deben perfeccionar sus habilidades de datación de los diamantes y descubrir diamantes progresivamente más antiguos y profundos. Son estos diamantes los que pueden revelar más secretos de nuestro planeta y los procesos que tuvieron lugar hace cientos de millones de años.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1. ¿Cómo se forman los diamantes?
Los diamantes se forman en lo profundo de la superficie terrestre cuando los supercontinentes se fragmentan.
2. ¿Qué información pueden revelar los diamantes sobre la historia de nuestro planeta?
Los diamantes provenientes de lo profundo de la Tierra, como el Star of Africa descubierto en Sudáfrica, pueden revelar mucho sobre la historia de nuestro planeta.
3. ¿Dónde están dispersas las kimberlitas, que contienen diamantes?
Las kimberlitas, que contienen diamantes, se encuentran dispersas por todo el mundo, desde Ucrania hasta Siberia y Australia Occidental.
4. ¿Cuál es la importancia del proceso de subducción en la formación de los diamantes?
El proceso de subducción, que es la colisión de la corteza oceánica con la corteza continental, contribuye a la formación de los diamantes.
5. ¿Qué preguntas sin respuesta quedan respecto a los ciclos de los supercontinentes?
Aún quedan muchas preguntas sin respuesta, como cómo las placas cambian los fundamentos de los supercontinentes y si esto afecta la duración de un supercontinente antes de que se fragmente.
Definiciones:
Supercontinentes: Masas terrestres masivas formadas por la colisión de la corteza oceánica con la corteza continental.
Subducción: El proceso en el cual la corteza oceánica se hunde debajo de la corteza continental en una zona de subducción.
Kimberlitas: Rocas que contienen diamantes y que se originan en las profundidades de la Tierra.
Enlaces sugeridos:
Nature – El sitio web de la revista Nature, donde se puede encontrar más información científica.
Universität Bern – El sitio web de la Universidad de Berna, donde se puede encontrar información sobre investigaciones científicas.
The source of the article is from the blog scimag.news
